El test de aliento SIBO es una de las pruebas más precisas para valorar el sobrecrecimiento bacteriano. También es la prueba más cómoda y menos invasiva, con un precio muy accesible.
Después de una sencilla preparación previa, y un ayuno de 12 horas mínimo, el paciente sopla a través de un tubo, cada 30 a 60 minutos, hasta las 3 horas.
El aire exhalado es analizado, y se miden los niveles de hidrógeno y/o metano en el aire espirado. Normalmente nuestro cuerpo no produce estos gases, y sólo lo hacen las bacterias cuando fermentan los alimentos. Dicho gas se difunde a través del intestino a la sangre, pulmones y luego se exhala.
Cuando aparecen picos altos precoces de hidrógeno o metano durante el estudio, indican que pueden ser del intestino delgado y son diagnósticos de sobrecrecimento bacteriano.
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