Los pólipos son crecimientos anormales de tejido que surgen del capa interior o mucosa del intestino grueso (colon). Hay dos tipos de pólipos: inflamatorios y premalignos.
Los pólipos inflamatorios son benignos y solo se remueven cuando son muy grandes porque pueden producir sangrado.
Los pólipos premalignos (adenomas y aserrados) son los que se deben remover siempre ya que pueden progresar a displasia y cancer.
En la mayoría de casos los pólipos no presentan síntomas, por esto es importante realizarse una colonoscopía preventiva entre los 45 a 50 años de edad.
Lo importante es encontrarlos a tiempo y así prevenir el cáncer de colon.
Una vez que se extirpa un pólipo es muy poco probable que vuelva a aparecer; pero pueden aparecer nuevos pólipos ya que los factores que lo causaron siempre están presentes (alteraciones genéticas, por ejemplo). Por esta razón siempre debe seguir el intervalo de control que le sugiera su médico, ya que éste se determina según el tipo de pólipo que se extrae y los factores de riesgo.
Los pólipos se extraen durante la colonoscopia, sin dolor.